Con la llegada del buen tiempo, nuestros residentes han retomado con gran entusiasmo la actividad en el huerto elevado. Más que una simple tarea, esta iniciativa se ha convertido en un pilar fundamental de nuestro enfoque terapéutico, aportando innumerables beneficios.

Poner las manos en la tierra no solo estimula los sentidos y mejora la movilidad, sino que también nutre el espíritu, llenando de propósito y vitalidad a cada participante. La camaradería y el trabajo en equipo son palpables mientras nuestros residentes comparten conocimientos y fortalecen los lazos que los unen.

En esta nueva temporada, hemos sembrado una variedad de hortalizas: tomates, pepinos, calabazas y otras delicias que, con el esmero y los cuidados de nuestros jardineros, prometen una cosecha abundante y deliciosa.

¡Estamos impacientes de poder disfrutar juntos de los frutos de su esfuerzo!

¡Manos a la tierra! Nuestros residentes retoman el huerto elevado